En una ciudad en donde cada día se reducen más las áreas verdes, para dar paso a la construcción de edificios, las azoteas verdes son una alternativa que repara parte del daño que hemos ocasionado en materia ambiental.
Cómo dar vida a la azotea
Existen dos formas de reverdecer una azotea: por naturación indirecta o directa.
La primera está al alcance de todos y no se requiere invertir mucho dinero. Además, hay algunos talleres donde enseñan a crear composta a base de lombrices, pues el excremento de estos gusanos es tierra. También se aprende a transformar los desechos de los alimentos y la orina humana en fertilizantes. En realidad, todo se aprovecha.
De hecho, algunos techos ya producen insumos como jitomate, chile y lechugas. Por ejemplo, la cafetería de la Facultad de Ciencias de la UNAM tiene su techo verde, donde se abastece de lechuga y hasta alcanza para vender.
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